Y pensando en el azul del ciego,
en sus cantos coloridos
y sus lunas oscuras,
anhelo su ignorancia de luz,
su idea de belleza.
Me embriago en el éxtasis
de la limitada sabiduría
que me priva de la libertad
y la imaginación,
que nos libera de la realidad,
nos ayuda a soñar…
Y heme aquí,
una vez mas,
anhelando la libertad
de una prisión de ignorancia,
anhelando la visión del ciego…
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