jueves, 17 de septiembre de 2009

Sueño prohibido

Y estabas tu en tu cama,
mientras yo entraba por la ventana,
no buscaba otra cosa si no tu dulce piel de rosas,
dormida en tu profundo sueño
y yo invadiendo tu templo con mi mirada,
recostada con tu ropa semitransparente…
Entonces me acerco en silencio y respiro tu aliento
mientras rozo tus labios…

Con un suspiro abres tus ojos y hueles a amor,
me miras callada, con tu tímida mirada
aun recostada en tu almohada…
Te levanto de tu cama en la que seguías postrada,
te limitas a sentarte a la orilla de la cama
y yo observando cada trozo de tu piel blanca
que suplicaba ser profanada…
Me tocas el pecho y quitas mi camisa negra,
tocas mi piel con tus delicadas manos
y arañas mi pecho…
Te levantas, dejas caer tu camisón
permitiéndome ver el templo que pronto iba a profanar.
Me limito a mirarte y contemplar tu piel
que blanca brilla con la luz de la luna en tonos azules,
y entonces me acerco a ti
hiriendo mi brazo, dejando caer mi sangre en tu cuerpo.
Corre la sangre por tu cuello hasta tus pechos,
bebes de mi brazo, bebes de mi vida…
miro la gota que apresurada va hacia tu ombligo
y te recuesto, bebo mi sangre de tu dulce piel…
acaricio con mis labios cada rincón de tu piel
y embriagados por el exótico momento
nos volvemos uno, derramando pasión
a los lados de la cama…
Soy solo un ladrón que ah entrado por tu ventana,
haciendo de lo místico algo exótico,
haciendo de cada caricia un acto poético
y derramando la pasión por todo tu templo…
templo que he profanado y hoy reclamo mío
sigiloso como el viento salgo por donde he entrado
dejando mi pecado en tu recamara y soñando con el próximo encuentro.

1 comentario:

  1. Me encanto la parte final, pero tambien la parte en la que narras la sangre y el sentimiento que lo embarga.

    Mayela (JD)

    ResponderEliminar

Critica... Si quieres...