El cadáver de una rosa,
descansa en la hermosura de un pasado,
declarando muerte prematura,
recordando la escasa cordura.
Campos de ilusiones,
jardines de secretos,
alimentados por la fuente del anhelo
y cumpliendo los deseos del sol,
que dominante ahogo las esperanzas,
planifico el descenso,
gano el deseo…
Y así, murió la inocencia,
que ignorantes, no supimos mantener.
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