domingo, 4 de octubre de 2009

El viejo árbol

Esas uñas que desgarran por dentro de mi piel
Hablan con sensaciones de dolor
y el crudo sabor de la sangre en mi boca
Hace más que una sensación desagradable
Es casi dulce…

El ver al amor no correspondido
Y las preguntas sin respuesta que suelen,
divagar entre tonos musicales que atenúan los pensamientos
y solamente queda el verdugo de la noche que es mi alma misma…
Trastornos de una mente enferma,
enferma de sabiduría diurna y locura nocturna,
Enferma de recuerdos y yo como un viejo árbol,
Con tantas ramas cortadas
y tantos amores eternos escritos en mi piel,
Tantos “te amo” tantos “te quiero”…

Una vida de sentimientos errantes,
que fueron verdaderos en una realidad de fantasía,
Eso solo me hace pensar en los secretos de mis fantasmas…
Fantasmas del pasado incierto que atormentan mi alma
Y me hacen querer regresar y cambiar aun que sea una palabra
Y mover todo mi destino…
Y menguante la luna espera, pero que espera?
El lobo aúlla, pero a que luna aúlla?
El bosque es así, la fantasía es así,
La realidad es así…
Irracional y con falta de coherencia,
Fría como tempano y desgarradora como el viejo asesino…

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