Rodeado de arena y plantas que me harían sangrar con solo tocarlas...
Un lugar donde abundan los animales venenosos y rastreros,
donde sus habitantes se comen unos a otros para poder sobrevivir...
Un lugar donde no hay una sola gota del líquido de la vida...
Donde la única ley que hay ,
es la supervivencia del más fuerte
y la muerte del más débil...
Un desierto... Una realidad...
la cruda realidad...
La soledad y tristeza abismal
que sentía al cruzar ese desierto,
me estaban volviendo loco...
Al mirar hacia el cielo y mirar solo oscuridad...
Buscar a mi luna y solo comprovar que no estaba,
me llenaba de un sentimiento aterrador
y la oscuridad de la soledad involuntaria...
Miraba a mi rededor y solamente
divisaba sombras en la oscuridad...
Las siluetas de los fantasmas aterradores
contra lo que luchaba intentando dejarlos atrás...
Donde pertenecen y donde se debieron quedar...
Un solo rayo de luz de mi luna
hubiera sido suficiente ayuda para mi lucha,
pero el cielo estaba cubierto por negros nubarrones,
que mantenían alejada a mi luna
y me impedían poder mirar el resplandor de su luz...
la batalla tan temida...
Y me vi obligado a luchar solo en la oscuridad...
Mis manos temblaban al tomar mi arma con fuerza...
No sé si de temor o repudio hacia lo que me enfrentaba...
Pero ahí estaba... Solo...
Con un nudo en la garganta,
pero dispuesto a todo, apresurando el trago amargo...
Afortunadamente logre escapar cuando estaba a punto de perder
la batalla contra la locura y por fin pude contemplar de nuevo
la magia en el resplandor blanco de mi hermosa luna...
Tenías razón sobre como lo describiste
ResponderEliminarsimplemente es fascinante tu manera de verlo todo, la manera en que descifras el mundo
Mayela